miércoles, 20 de marzo de 2013

Una pequeña reflexión sobre los valores masónicos del siglo XXI

Días atrás, releyendo la excelente versión de Ed. Gredos de la celebérrima "Apología de Socrates" de Platón, di con un texto que no pude dejar de vincular con la alegoría del despojamiento de los metales, tan característico en los rituales con que se da ingreso a los nuevos miembros de la Orden.

Su valor alegórico me ha parecido tan actual que no puedo más que transcribir el párrafo en cuestión:

“Si, a pesar de las instancias de Anito, quien ha manifestado, que o no haberme traído ante el tribunal, o que una vez llamado no podéis vosotros dispensaros de hacerme morir, porque, dice, que si me escapase de la muerte, vuestros hijos, que son ya afectos a la doctrina de Sócrates, serian irremisiblemente corrompidos, me dijeseis: Sócrates, en nada estimamos la acusación de Anito, y te declaramos absuelto; pero es a condición de que cesarás de filosofar y de hacer tus indagaciones acostumbradas; y si reincides, y llega a descubrirse, tú morirás; si me dieseis libertad bajo estas condiciones, os respondería sin dudar: Atenienses, os respeto y os amo; pero obedeceré a Dios antes que a vosotros, y mientras yo viva no cesaré de filosofar, dándoos siempre consejos, volviendo a mi vida ordinaria, y diciendo a cada uno de vosotros cuando os encuentre: buen hombre, ¿cómo siendo ateniense y ciudadano de la más grande ciudad del mundo por su sabiduría y por su valor, cómo no te avergüenzas de no haber pensado más que en amontonar riquezas, en adquirir crédito y honores, de despreciar los tesoros de la verdad y de la sabiduría, y de no trabajar para hacer tu alma tan buena como pueda serlo? Y si alguno me niega que se halla en este estado, y sostiene que tiene cuidado de su alma, no se lo negaré al pronto, pero le interrogaré, le examinaré, le refutaré; y si encuentro que no es virtuoso, pero que aparenta serlo, le echaré en cara que prefiere cosas tan abyectas y tan perecibles a las que son de un precio inestimable.”

Mendoza, 21 de Marzo de 2013 
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Platón,Apología de Sócrates, Ed. Gredos, Madrid, 1998, pág. 72 y ss.

martes, 19 de febrero de 2013

Un ritual de 1724 y una curiosidad sobre la Masonería

Si bien es cierto que mucho se ha escrito sobre los orígenes de la masonería, un estudio cercano de los primeros rituales nos permite tener una mirada mas crítica a la hora de analizarla. He aquí una curiosidad que presenta un ritual de 1724, publicado en Londres.

La reconocida y vigente fórmula de la apertura de los trabajos:
-¿H.´. 1er Vig .´. es usted masón?´
- Por tal me reconocen mis HH.´.

Dicha fórmula, no se encuentra en este primer ritual de 1724. La fórmula utilizada es la siguiente:

A: En el nombre de "X" (sea cual fuere la invocación pertinente) ¿Es usted masón?
B: Si, soy masón
A: ¿ Qué es un masón?
B: Un hombre engendrado de otro hombre, nacido de una mujer y hermano de un rey.

Un masón "operativo" trabaja la piedra,
anterior a todo vestigio escrito sobre la
masonería "especulativa"
Como puede observarse, una hay una clara variación de conceptos en ambos casos. En la fórmula actual, uno se vale del reconocimiento de otro H.´. , mientras que en la fórmula del antiguo ritual, el "ser" masón es un atributo de la persona. Además, en la segunda fórmula, el Ap.´. debe responder a otra pregunta, en la cual especifica la naturaleza de un masón, es decir, cuales son los rasgos que le distinguen como tal.

Ahora entonces, ¿Por qué es que en nuestros modernos rituales se utiliza una fórmula tan diferente? ¿Cual o cuales fueron las causas de la desaparición de la segunda pregunta del antiguo ritual?
Tal vez, un estudio mas a fondo de pequeños detalles como este interrogante, son los que nos permitan eventualmente sacar a la luz diferentes aspectos de esta institución que hasta entonces han permanecido "velados" por falta de investigación y una sobre estimación de diferentes recursos de comparación con otras escuelas de misterio.

Si bien este es solo un pequeño caso dentro de todos los aspectos enmarcados dentro de la masonería, sirve como ejemplo práctico de la importancia de la revisión histórica que debe realizar toda persona interesada en encarar un estudio serio sobre los orígenes de esta institución. Sino, estos estudios serán obsoletos y caeremos nuevamente en el facilismo de crear conjeturas que carecen de evidencia.

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